lunes, 19 de mayo de 2014

El perfeccionador

Tú que me cincelas,
me pules,
y me limas
tus asperezas.

Que me perfeccionas
y me esculpes
a la luz
de la idea
de “Bien”.

Tú que me recuerdas,
más que ninguno,
a mí misma.

Tú que me encadenas
al contigo
con un trágico desdén
.
Tú que zarandeas
los despojos
del futuro
abriendo mis ojos
a un mundo
sin paraíso
ni edén.

Tú que en mí te juzgas
te condenas
te redimes.

Que me haces oler a miseria,
a autoengaño,
a por qué.

Altruista la violencia
que ejerces
contra mi universo
en nombre
de algún perverso
modo de querer.

Tu devastadora
omnipresencia,
no deja hueso
dentro
no deja hueso

fuera 
de mi.

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