lunes, 19 de mayo de 2014

Por ejemplo

Hay gente que dice
“No vais  a ninguna parte”.

Demuestran no saber
que por mucho que se muevan
siempre acaban retornando
 a su punto de partida.

Hay gente que no entiende
Que mientras ellos caminan
Nosotros, en un abrazo,
Recorremos
todos los sueños

aunque no tengan futuro.
Otoños


Veamos pasar
las hojas caducas
a través de este estado
imperecedero.

Este otoño
de la vida,
por el que camino
a través,
desde el cual
se atisba
una asumida desesperanza
de saber
que haga lo que haga
terminaré
traicionándo-te
a mi misma...

Otra vez.
El perfeccionador

Tú que me cincelas,
me pules,
y me limas
tus asperezas.

Que me perfeccionas
y me esculpes
a la luz
de la idea
de “Bien”.

Tú que me recuerdas,
más que ninguno,
a mí misma.

Tú que me encadenas
al contigo
con un trágico desdén
.
Tú que zarandeas
los despojos
del futuro
abriendo mis ojos
a un mundo
sin paraíso
ni edén.

Tú que en mí te juzgas
te condenas
te redimes.

Que me haces oler a miseria,
a autoengaño,
a por qué.

Altruista la violencia
que ejerces
contra mi universo
en nombre
de algún perverso
modo de querer.

Tu devastadora
omnipresencia,
no deja hueso
dentro
no deja hueso

fuera 
de mi.
Aunque no sea de piedra…

No me muevo.

No me muevo
por si vienes,
por si tienes
un segundo
para verme
haciendo
el mimo
para ti.

Soy estatua.

Soy estatua
que adorna
tus noches.
Lo sabes:
Vayas
a donde vayas
Al volver
Siempre
Estaré.

Y no sé
si es injusta
la situación.

No lo sé.

Pero injusto es
el frío que paso,
lo sola que me quedo,
lo entumecida
que me hallo,
lo frustrada
que me siento



domingo, 18 de mayo de 2014


Mis musarañas

No existen escaleras que lleguen hasta la luna
ni crecen en esta espalda unas alas que me vuelen.
Las naves pasan de largo a este árido satélite
que brilla cada noche sin luz propia.

Estoy sola, aquí sentada
sin tener idea alguna

de cómo tocar tierra otra vez. 
Desiertos


Muero plácidamente
en el campo santo
de tu desidia,
donde no hay sorpresas.

Me desvanezco
pacientemente
en el desamparo
de las promesas
que no mencionas.

Lamento, a veces,
no haber elegido
un momento peor
para una vida mejor.

Determino
mi fallecimiento
a las tres lágrimas
en punto
de la noche.

Sólo espero
que tu alma
( mi sudario)
me acaricie
por última vez.